La tasa subyacente se reduce dos décimas respecto al mes anterior, con una variación anual del 2,8%. De este modo, se sitúa al mismo nivel que la tasa general y alcanza el valor más bajo desde enero de 2022.
Los datos del IPC del mes de julio, publicados este martes por el INE, sitúan la inflación anual en un 2,8%, seis décimas menos que en junio. Este descenso se explica por la bajada de los precios de la electricidad (del 6% mensual, frente a la reducción del 0,2% hace un año) y de los alimentos (del 0,4% mensual, en contraste con la subida del 0,7% hace un año).
Por su parte, la tasa subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, se reduce dos décimas respecto al mes anterior, con una variación anual del 2,8%. De este modo, se sitúa al mismo nivel que la tasa general y alcanza el valor más bajo desde enero de 2022.
En cuanto a los productos que mayores incrementos anuales reportan este mes, destacan los vuelos nacionales (11,7%), la carne de ovino y caprino (10%) y los paquetes turísticos nacionales (9,9%). En sentido contrario, los equipos de telefonía móvil (-10,5%), el gas natural (-7,9%) y los vuelos internacionales (-4,9%) registran algunos de los descensos de precios más señalados.
Los positivos resultados registrados este mes guardan relación directa con la reducción del IVA sobre alimentos y energía. No obstante, algunos productos como el aceite de oliva, a pesar de reducir su precio un 5,5% respecto a junio, sigue siendo notablemente más caro que hace un año (+38,3%). Esto supone un claro ejemplo de la capacidad que tienen las grandes distribuidoras para fijar precios y proteger los excesivos márgenes sobre beneficio.
Una inflación superior a la media europea
Por otro lado, cabe destacar también la reducción de la brecha inflacionista con respecto a la Eurozona, con una diferencia de apenas dos décimas en el mes de julio, frente los 1,1 puntos registrados el mes anterior. A pesar de ello, España registra por décimo mes consecutivo una inflación superior a la media europea, si bien entre septiembre de 2022 y 2023 presentó niveles inferiores. En todo caso, hay que seguir haciendo esfuerzos para reducir los precios, en tanto tienen un efecto decisivo sobre el consumo de las familias, especialmente de aquellas más vulnerables.
En este sentido, los incrementos pactados en los convenios firmados este año se sitúan en una media del 4,1%, nueve décimas por encima de la inflación media (3,2%). Así, el AENC 2023-2025 sigue teniendo un impacto positivo a la hora de proteger el poder adquisitivo de la población trabajadora, aunque es necesario que estos incrementos se extiendan a todos los convenios y al conjunto de los sectores productivos, además de aumentar la cobertura de las cláusulas de garantía salarial, que actualmente solo protegen a un tercio de los trabajadores y trabajadoras.