Los datos del IPC adelantado del mes de mayo, publicados hoy por el INE, sitúan la inflación anual en un 3,6%, tres décimas más que en abril. Este repunte se explica por la evolución de productos energéticos como la electricidad, que se encarece por la normalización del tipo impositivo, o los carburantes, cuyos precios se reducen menos que en mayo del año anterior.

La tasa subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, solo aumenta una décima, alcanzando una variación anual del 3%. De manera que, si bien se rompe la tendencia de 9 meses consecutivos de descenso interanual, se mantiene en niveles moderados y por debajo de la tasa general.

Por su parte, los últimos datos publicados por el Observatorio de Márgenes Empresariales reflejan una nueva ampliación de los mismos, situándose en el primer trimestre del año en el 12,5%, 4 décimas más que en 2023 y hasta 2,7 puntos por encima del dato registrado antes de la pandemia (2019). En consecuencia, buena parte del tejido empresarial goza de un colchón importante para seguir reduciendo precios e incrementando salarios.

Respecto a esto último, cabe destacar el efecto positivo del nuevo AENC (2022-2025), en tanto la subida salarial media pactada en convenios asciende al 4,1%, situándose por encima de tasa media de inflación en lo que va de año (3,3%).

No obstante, es necesario seguir reduciendo las diferencias entre ramas productivas y extender la cobertura de las cláusulas de garantía salarial, necesarias y adecuadas en un contexto de inflación tan volátil como el actual.

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