UGT reclama al Gobierno regional impulsar la elaboración de una Ley de Igualdad Retributiva de la Comunidad de Madrid, para dar cumplimiento al artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores y Trabajadoras, Igualdad de remuneración por razón de sexo, dotando de los mecanismos necesarios para garantizar una tutela efectiva contra la discriminación salarial.
También pide el Sindicato la creación de un Observatorio Regional de Igualdad Salarial, con el objetivo de analizar y evaluar toda la información recopilada por las empresas en materia retributiva (registros y auditorías), identificando el alcance real de la brecha, dónde se produce, en qué conceptos, tamaño de empresa, sector, etc. y así, poder establecer los mecanismos adecuados para su corrección.
UGT señala que está constatada la existencia de una importante brecha retributiva entre hombres y mujeres, que persiste, que tienen su origen en distintas causas y que se perpetúa en el tiempo. Así el salario medio anual de los hombres, en 2022, fue de 33.295€ frente a los 25.324€ que percibieron las mujeres. Ellas cobraron 7.971€ menos. Madrid es la Comunidad Autónoma con mayor brecha salarial entre hombres y mujeres.
Las mujeres sufren mayor precariedad laboral. Las mujeres presentan mayores tasas de temporalidad (13,3% los hombres frente a un 11% de las mujeres), a pesar de la reducción derivada de la reforma laboral, y de parcialidad (un 6% los hombres y un 17% las mujeres).
Otro de los puntos que señala UGT es la existencia de una fuerte segregación ocupacional, siendo los sectores feminizados los peor remunerados. Hombres y mujeres no están distribuidos de forma homogénea en los distintos sectores de actividad. Las mujeres, se concentran en el sector de Servicios Sociales, donde prácticamente duplican a los hombres, 449.044 mujeres frente a 246.420. También superan numéricamente a los hombres en el sector de Servicios a las Empresas y Otros servicios personales y de ocio. Por el contrario, los hombres se concentran en Comercio, reparaciones y transporte.
Existen significativas diferencias salariales entre sectores de actividad, destacando que, los sectores masculinizados disfrutan de salarios más elevados mientras que los sectores feminizados presentan salarios por debajo de la media.
La segregación ocupacional es consecuencia de la segregación formativa. Existen diferencias significativas entre mujeres y hombres en la elección de los itinerarios formativos que condicionan la posterior trayectoria profesional. Los estereotipos de género están tan interiorizados en el alumnado que, de forma “natural”, chicos y chicas eligen disciplinas distintas. Ellos se decantan, en formación profesional, por perfiles profesionales técnicos en trabajos manuales y tecnológicos. Ellas, sin embargo, eligen todo aquello relacionado con el cuidado personal y el cuidado de las personas.
También los estereotipos están presentes en el ámbito universitario. El 56,4% del alumnado son mujeres y ellas se inclinan, igual que en formación profesional, por todo lo relacionado con la atención y el cuidado de personas (docencia, trabajo social, enfermería) mientras que ellos son mayoría en las titulaciones STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
También señala UGT como causa de la brecha salarial el desigual uso de las medidas de conciliación tiene un alto coste para las mujeres. La corresponsabilidad es todavía una asignatura pendiente, sobre todo en las medidas de conciliación no retribuidas.
Los datos parecen reflejar que, cuando los permisos son remunerados (como el permiso por nacimiento) los hombres hacen un mayor uso de ellos, sin embargo, cuando implican una pérdida de salario, como las excedencias o las reducciones de jornada, desciende el número de solicitudes por parte de los hombres.
El porcentaje de mujeres que han solicitado una excedencia por cuidado de hijos es del 87% frente a un 13% de hombres y en las excedencias por cuidado de familiar los datos son similares, un 80% de mujeres y un 20% de hombres. los hombres se inhiben de demandarlos y son las mujeres las que, de forma mayoritaria, los solicitan.
Por último, tenemos que hacer mención a la brecha en las pensiones en la Comunidad de Madrid que es del 26,89%. Las mujeres cobraron una pensión media anual de 17.691€ mientras que los hombres recibieron una pensión anual de 24.197€, es decir, 6.506€ menos.
La desigualdad salarial soportada a lo largo de la vida laboral se traslada a las pensiones. De la misma manera que la parcialidad, la segregación ocupacional, la escasa remuneración de los sectores feminizados y el desigual uso de las medidas de conciliación, condicionan el salario durante la vida laboral, estos factores determinan también la cuantía de las pensiones, puesto que son el reflejo de las cotizaciones aportadas.
La pensión media de muchas mujeres se encuentra por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI), que en 2022 se establecía en 14.000€, condenándolas a muchas de ellas a la pobreza económica.
Por todo ello UGT considera de especial relevancia los planes de igualdad y que se establezcan recursos que permitan su negociación, implantación y seguimiento en especial en todas aquellas empresas que están obligadas y no cuentan con Representación Legal de las Personas Trabajadoras (RLPT).
Del mismo modo, impulsar medidas de conciliación que no supongan merma salarial como, por ejemplo, las adaptaciones de jornada y vigilar el cumplimiento de la reforma laboral para que se ponga freno a la alta temporalidad que sufre el mercado de trabajo madrileño y repercuta favorablemente en las mujeres trabajadoras.